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Desde que el Consejo para la Transparencia (CPLT) comenzó a evaluar la manera en que las distintas instituciones del Estado de Chile cumplen con las nuevas exigencias legales relacionadas con la publicación y gestión de datos de Transparencia, las autoridades encargadas de cada organismo público han debido enfrentar una decisión nada de fácil: adquirir un software, o sistema informático, que presente las siguientes características:

  • Que responda a las exigencias de la Ley de Transparencia.
  • Fácil de manejar por parte de los funcionarios encargados de subir los datos al sistema.
  • Que el usuario encuentre sin dificultad la información que busca sin perderse en una nube de datos inútiles.
  • Liviano, que con el tiempo no recargue el sistema informático de la institución.
  • Que permita alcanzar altos puntajes en los procesos de evaluación del CPLT.

Cuando la nueva Ley de Transparencia comenzó a regir cundió la desinformación y muchas instituciones adoptaron el primer programa, o sistema, que estaba a su alcance sin pensar en cómo se desarrollaría posteriormente el proceso. De esta manera, surgieron los siguientes problemas:

  • Se adaptaron software que no ofrecían las condiciones técnicas.
  • Se optó por programas de bajo costo que, en el fondo, no son otra cosa que repositorios de documentos.
  • Los sitios acumularon documentos en formato PDF que hacen engorrosa la búsqueda de datos.
  • Los sistemas computacionales se recargaron de documentos provocando, a corto plazo, la completa inoperancia de la gestión.
  • Bajos puntajes y gestión mal evaluada por el CPLT.

En este escenario, instituciones como municipios o corporaciones de salud y educación, han comenzado los respectivos procesos de licitación con el fin de corregir decisiones apresuradas y mejorar las evaluaciones del Consejo. Resulta mal visto que la gestión de una autoridad muestre bajos puntajes por no haber elegido un buen software de Transparencia. Para no volver a cometer otro error, es aconsejable que las bases de la licitación sean bien elaboradas y contemplen los siguientes parámetros:

  • Definir muy bien cuál es la aplicación que se necesita, como por ejemplo: una plataforma donde resulte fácil encontrar la información y que responda a las “buenas prácticas” sugeridas por el CPLT.
  • Saber cuáles son los objetivos. Ejemplo: alcanzar una buena evaluación del Consejo y entregar la mejor imagen a los ciudadanos.
  • Buscar un software que aporte estabilidad y que, más adelante, no tenga que ser desechado por su ineficacia.
  • Ponderar con mayor porcentaje la oferta técnica respecto de la oferta económica. Si se asigna mucho porcentaje al bajo costo del nuevo sistema, es muy probable que el software adjudicado no responda a ninguna de las expectativas y metas fijadas con la nueva licitación. Dinero y esfuerzo perdidos.   

El caso Chimbarongo: nuevo software de Transparencia Activa

A fines de 2013, las autoridades del municipio de Chimbarongo se vieron enfrentadas a este conflicto. En la última evaluación del CPLT, la gestión de Transparencia de la municipalidad no había sido bien evaluada, ocupando el lugar 202 a nivel nacional, con apenas un 39,73%. Registraron una baja de 16 puntos respecto de la evaluación anterior.

 Las autoridades de la Capital del Mimbre decidieron enfrentar el problema: elaboraron las bases, llamaron a licitación y, finalmente, optaron por nuestro Sistema de Transparencia Activa.

El proceso, no estuvo exento de polémica ya que la oferta técnica de Applicatta era con diferencia la mejor diseñada, no obstante, no se trataba de la oferta más económica.  Aún así, se jugaron por la aplicación de Applicatta que, a todas luces, parecía resolver los problemas relacionados con la publicación de datos de Transparencia del municipio. 

A principios de 2014, durante el proceso de capacitación y tras escuchar la exposición en detalle de Applicatta, las autoridades locales señalaron que la exposición y el nuevo software les daban mucha seguridad, tranquilidad y alivio. Sin duda, afirmaron haber tomado la mejor decisión.

Lo más probable es que, si los funcionarios usan el nuevo sistema como corresponde, el municipio escalará con facilidad en el ranking de evaluación del Consejo y estará en condiciones de brindar un mejor servicio de Transparencia Activa a los ciudadanos.

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